Una de las preocupaciones de las adolescentes es el exceso de vello y de acné en zonas no habituales.
Nos referimos, con la primera al hirsutismo, que es la presencia de vellos gruesos (vellos terminales de coloración oscura) en zonas denominadas andrógenos dependientes, entre las que figuran el bozo, el mentón, la zona intermamaria, la parte alta o baja de la espalda, los glúteos y la cara interna de los muslos.
La presencia de estos vellos no es frecuente en la mujer, por eso la dama que los tenga debe acudir a un ginecólogo o a un endocrino para practicarse una evaluación, que permitirá reconocer la cantidad y calidad de este vello. En otras palabras, obtener el diagnóstico.
El acné, por su parte, es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, específicamente del folículo piloso.
Tanto el hirsutismo como el acné, están acompañadas de un trastorno hormonal que es el exceso de andrógenos, que médicamente se llama hiperandrogenismo, cuyas causas están vinculadas al funcionamiento de los ovarios, de las glándulas suprarrenales o se debe a la presencia de tumores.
Para su detección y diagnóstico definitivo, la mujer que los padezca debe acudir al ginecólogo o ir al endocrino, quien le indicará el tratamiento adecuado.
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