Una de las afectaciones más comunes en la mujer son las infecciones pélvicas, estas, se caracterizan por la presencia de un flujo vaginal alterado que compromete la ropa interior y que se acompaña de mal olor, ardor, picazón y dolor en el área ginecológica.
El especialista en ginecología y obstetricia, Juan Pablo Poblete, destaca que las infecciones pélvicas pueden ser tan recurrentes como un resfriado común, es decir, que se puede presentar hasta tres veces al año por lo que se posiciona como una de las principales causas de consulta ginecológica, superada sólo por el embarazo.
¿Cómo identificar una infección en la zona pélvica?
Expedir flujo en el área vaginal es completamente normal. Incluso, el ciclo vaginal tiene diferentes tipos de flujos por lo que solo la presencia de esta secreción no significa que exista una infección.
El flujo vaginal normal por lo general es blanco, no genera ningún olor desagradable y su contextura dependerá de la etapa del ciclo en la que se encuentre.
Hay infección cuando este flujo posee un color verde, amarrillo o marrón, tiene mal olor y hay gran cantidad. La infección en la zona pélvica también suele causar dolor, picazón o ardor.
Estas infecciones siempre son motivo de consulta ginecológica porque requieren un tratamiento personalizado, la automedicación de esta patología podría empeorar el problema.
¿Cómo prevenirlas?
El doctor Poblete destaca que algunas infecciones vaginales se asocian a enfermedades de transmisión sexual pero otras simplemente suceden por diferentes factores ambientales.
Algunos hábitos evitan la aparición frecuente de las infecciones, entre ellos destacan:
- No lavar la zona vaginal más de dos veces al día
- No usar toallas sanitarias (diarias) fuera del período de regla
- Usar ropa interior de tela de algodón y evitar el látex
- Lavarse las manos antes de tocar los genitales
- Lavar los genitales desde la uretra hacia el recto
- No aguantar las ganas de orinar
- Usar jabones con PH neutro