La fertilidad humana es multifactorial; además, es diferente en el hombre y en la mujer; no obstante, tanto la mujer como el hombre son fértiles si después de un año ininterrumpido de relaciones sexuales sin usar métodos anticonceptivos pueden lograr un embarazo.
Las estadísticas refieren que el 15% de las personas tienen problemas de fertilidad. En ese 15%, entre un 40% y un 50% está involucrada la fertilidad masculina que puede ser parcial o total.
En la fertilidad masculina intervienen tres factores fundamentales: nutrición, calidad de vida y factores genéticos.
En el ámbito nutricional, por ejemplo, los estudios realizados evidencian que no hay relación entre obesidad y fertilidad masculina, pero de lo que sí hay elementos probatorios es que existe una alteración en el ADN, en el material genético del espermatozoide que afecta la descendencia.
En otras palabras, si hay una relación entre la infertilidad masculina, producción, calidad y cantidad de espermatozoides, y el síndrome metabólico, caracterizado por: colesterol alto, hiperglicemia, presión alta, perímetro de cintura alterada y triglicéridos altos.
La presencia en el varón de al menos tres de estos factores, constituyen un indicador de presencia del síndrome metabólico y en consecuencia de infertilidad. Por eso es importante el control periódico, exámenes de sangre y una alimentación saludable y equilibrada.
También hay estudios que demuestran que una dieta alta en grasas afecta la producción y calidad de los espermatozoides, su movilidad, alteran el ADN y disminuye la tasa de fecundidad.
El déficit de vitaminas “C”, “B” y zinc se le suman a los factores que afectan la fertilidad masculina. El consumo de frutas, verduras y vegetales es una fuente para obtener estas vitaminas.
Por consiguiente, el estilo de vida también se vuelve determinante. El tabaco, cigarrillos, drogas, licor y el sedentarismo son contraproducentes.
Nos vemos en la clínica integral Red de Salud, Rancagua piso 3.