El Papanicolau o prueba PAP, refiere el matrón Ángelo Alvear, es un examen ginecológico, que aplica el ginecólogo, matrón o matrona a la paciente.
Consiste en la introducción vía vagina de un espéculo, para revisar el cuello uterino. Para tal fin se toma una muestra de las células del útero, con un algodón o cepillo especial.
El examen no es doloroso, tampoco la toma de la muestra. Para obtener esta última, solo es suficiente con rozar las paredes del cuello uterino. La muestra se envía al laboratorio para su estudio y los resultados del laboratorio permiten detectar la presencia o ausencia de cáncer uterino.
En Chile, a nivel público, el examen Papanicolau deben aplicárselo las mujeres con edades entre 25 y 64 años, en conformidad con lo establecido en el Ministerio de Salud de Chile; a nivel privado, algunas instituciones recomiendan su aplicación cumplido el año de haber iniciado las relaciones sexuales.
En cuanto a la frecuencia de aplicación, el matrón Ángelo Alvear refiere que hay dos tendencias: una vez al año después del primero o cada tres años.
Entre las preguntas más comunes de las mujeres, está la de la relación entre la prueba PAP y el prolapso uterino. Sobre este asunto, el matrón Alvear recuerda que el prolapso uterino es el descenso de la pared interior del útero, descenso que tiene varios grados y que genera molestia. Destaca además, que indistintamente de que se tenga o no un prolapso, la recomendación es tomarse el examen PAP.
Queda por destacar, que hay una vacuna que se aplica a niñas y niños, a partir del 4to básico (4to grado), contra el virus del papiloma, relacionado con el cáncer cervicouterino. La recomendación es que los padres, papá y mamá acudan a la consulta con el ginecólogo para que juntos decidan su aplicación. inclusive más allá de lo que dicen los integrantes y defensores del movimiento antivacuna.